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Fundada en 1965, nuestra cooperativa transformó la difícil realidad de los educadores en una fuente de apoyo mutuo, hoy brindando servicios a más de cuatro mil asociados.
Consolidar nuestra posición de liderazgo en el mercado nacional mediante un crecimiento sostenible y un desarrollo óptimo. Nos comprometemos a ofrecer soluciones innovadoras y efectivas para satisfacer las necesidades socioeconómicas de nuestros asociados y la comunidad en general.
Aspiramos a ser reconocidos por la excelencia en nuestros productos y servicios financieros, manteniendo altos estándares de calidad y contribuyendo al bienestar y prosperidad de todos los involucrados.
Consolidar nuestra posición de liderazgo en el mercado nacional mediante un crecimiento sostenible y un desarrollo óptimo. Nos comprometemos a ofrecer soluciones innovadoras y efectivas para satisfacer las necesidades socioeconómicas de nuestros asociados y la comunidad en general.
Aspiramos a ser reconocidos por la excelencia en nuestros productos y servicios financieros, manteniendo altos estándares de calidad y contribuyendo al bienestar y prosperidad de todos los involucrados.














Nuestra cooperativa tuvo sus inicios en la década de los sesenta, en una época en que los educadores enfrentaban una difícil situación socioeconómica debido a bajos salarios y necesidades apremiantes. El profesor Norman Tulio Villarreal, junto con un grupo de maestros y maestras, decidió transformar esta realidad en una fuente de ayuda mutua, esfuerzo compartido y responsabilidad plena a través de una cooperativa.
Los fundadores demostraron ser un grupo sólido, perseverante, unido y con actitud positiva, lo que los motivó a fortalecer la membresía mediante actividades en los centros de colaboración. Hoy, la cooperativa cuenta con casi cuatro mil asociados, y sus acciones perduran en la memoria de COOESAN, R.L.
La Cooperativa de Servicios Integrales El Educador Santeño, R.L., realizó su primera Asamblea Constitutiva el 15 de octubre de 1965, comenzando con cuarenta y nueve asociados y 100 balboas de capital. Su primera sede fue en la residencia de la maestra Benilda Ulloa en Macaracas, quien también fue su primera gerente. La inscripción costaba B/ 1.00 y la aportación era voluntaria. Fue registrada legalmente el 30 de mayo de 1966 y autorizada mediante Resolución Nº140 del Consejo Nacional de Cooperativas.
Las cooperativas están abiertas a todas las personas dispuestas a utilizar sus servicios y aceptar las responsabilidades de la membresía, sin discriminación de género, raza, clase social, posición política o religiosa.
En las cooperativas, los miembros controlan democráticamente la organización, participando activamente en la definición de políticas y toma de decisiones, con igualdad de voto: un miembro, un voto.
Los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de la cooperativa. Parte del capital es común y los excedentes se utilizan para el desarrollo de la cooperativa y beneficios proporcionales para los miembros.
Se promueve la educación y el entrenamiento de miembros, dirigentes, gerentes y empleados, y se informa al público sobre la naturaleza y beneficios del cooperativismo.
Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan, eficazmente, al desarrollo de la institución. También informan al público en general, particularmente a jóvenes y creadores de opinión, acerca de la naturaleza y beneficios del cooperativismo.
Trabajan juntas a nivel local, nacional, regional e internacional para fortalecer el movimiento cooperativo y servir mejor a sus miembros.
Las cooperativas trabajan para el desarrollo sostenible de sus comunidades a través de políticas aceptadas por sus miembros.